El género de adaptaciones de videojuegos al cine siempre ha sido de los más frustrantes en la historia del séptimo arte. Conseguir satisfacer a los gamers que han jugado un videojuego por horas, días, meses o años, y al público que no conoce nada sobre él, ha resultado ser difícil para los estudios de cine. Adaptaciones como Mortal Kombat, Doom, Max Payne y hasta la misma Super Mario Bros., han fracasado conseguir éxito en la taquilla y la aprobación de los críticos y fans. Películas recientes como Warcraft y Assassin’s Creed continuaron la racha negativa.
Dicho esto, cada nueva adaptación que se avecina a estrenar en cines, sin duda siente la presión de por fin acabar con la maldición del género. Tomb Raider, la nueva película de Warner Bros., es la próxima en tener dicha oportunidad. Basada en la exitosa franquicia de videojuegos que comenzó en el 1996, sus juegos siguen a Lara Croft, una hermosa, atlética e inteligente cazadora de tesoros, a la Indiana Jones. En esta ocasión, la cinta está basada en el reboot de la serie del 2013, en donde vemos los comienzos de la popular heroína. La actriz danesa y ganadora del Óscar, Alicia VIkander, protagoniza la película, dirigida por Roar Uthaug.
Lo bueno…
Alicia Vikander es Lara Croft. Con este filme, queda evidente que la actriz nació para dicho papel. Además de dar el todo físicamente para las secuencias de acción, Vikander (The Danish Girl, Jason Bourne) muestra lo igual de talentosa que es para los momentos de drama y emoción. En está versión, la actriz le hace gran justicia a la personificación de Lara, que en sí es inspirada por el videojuego del 2013. Vikander es lo más destacado de la película.
Otro de los grandes aciertos, y que la separa de todas las adaptaciones de videojuegos anteriores, es el balance conseguido entre ser un buen filme de acción y aventura por sí solo, y al mismo tiempo ser fiel a los videojuegos, pagando respeto y tributo a la franquicia. Tomb Raider es un sólido filme que funciona sin uno saber nada sobre dicho mundo, pero al mismo tiempo funciona al satisfacer a los gamers que llevan años jugando los videojuegos de Lara Croft.
El cineasta Roar Uthaug (The Wave) impresiona aquí con una buena dirección, en donde se puede apreciar el sentido de inmersión de los videojuegos. Es decir, Uthaug y compañía logran hacerte sentir como si estuvieras dentro del mundo de Lara Croft. La película te deja revivir momentos clásicos de la serie e incluye un sinnúmero de referencias y “easter eggs” dirigidos hacia los gamers. Por ejemplo, las secuencias del barco y el avión con el paracaídas son entre las mejores del filme.
Otro gran atractivo de esta adaptación es su enfoque en contar cómo Lara Croft se convierte en la popular heroína que todos conocemos, a la Batman Begins. Inspirada en el reboot del 2013, esta versión de Lara es más realística y relevante a nuestros tiempos. Y afortunadamente se aleja de lo exagerado, caricaturesco y fantasioso de las adaptaciones de Angelina Jolie en el pasado.
Entre los aciertos cabe mencionar la banda sonora de Junkie XL. La música es genial y sin duda eleva la película en todo momento. Basada mayormente en cuerdas y percusión, la música acentúa la acción, los golpes de suspenso y los momentos sutiles de emoción. Similar a su banda sonora de Mad Max: Fury Road y Batman V Superman, la misma hace que todo se sienta más épico.
Lo malo…
Aunque el actor americano Walter Goggins (The Hateful Eight, Justified) logra decente trabajo con el poco espacio que su villano, Mathias Vogel, es permitido dentro de la historia, uno no puede evitar sentir que termina siendo desaprovechado. Luego de entrar en la trama de una manera prometedora, el villano nunca logra desarrollarse más luego de eso. Sus motivaciones son demasiadas superficiales y simples, y por el resto del filme, simplemente está ahí por el simple hecho de estar ahí como obstáculo para Lara.
Por otro lado, mucho del peso emocional de Tomb Raider proviene de la relación entre Lara y su padre Richard Croft, interpretado por Dominic West (The Wire). En el transcurso de la película uno aprende sobre el tipo de relación que tuvieron hasta cierto punto a través de pequeños flashbacks. Y aunque el director y escritores hacen bastante buen trabajo con dicho enlace, quizás haber tenido uno o dos flashbacks más, hubiese incrementado el impacto emocional durante el desenlace de la cinta.
Por último, la trama de la película no es nada del otro mundo. La misma se ha visto ya de ciertas maneras en otras películas de acción y aventura anteriormente. Para al público que no conoce mucho sobre los videojuegos, la cinta puede resultar bastante predecible. Pero para los que, sí han jugado, resulta increíblemente predecible. Esto se debe a que el filme es muy fiel al reboot del 2013 y sigue al pie de la letra la mayoría de los retos que Lara enfrenta en su aventura.
En fin…
Tomb Raider es fácilmente la mejor adaptación que se ha hecho de un videojuego para el cine. Sí, quizás para algunos esto no es mucho decir debido a que el género siempre ha sido uno malo, pero en esta ocasión la película sí se gana el mérito. Mediante una excelente actriz en Alicia Vikander (que nació para el papel), una genial banda sonora y un buen balance entre lo viejo y lo nuevo del personaje icónico y su serie, Tomb Raider, simple y sencillamente, se convierte en mi libro, en la mejor película hasta el momento basada en un videojuego. Me encantaría ver a Vikander en una o dos secuelas más.
Leave A Comment