Con su nueva película western The Dead Don’t Hurt, el actor Viggo Mortensen regresa a la silla de director por segunda ocasión en su carrera. Situada en la década de 1860, la cinta sigue a una mujer francocanadiense que se enamora de un inmigrante danes en San Francisco, que se ven separados y mantenidos a parte por la Guerra de Secesión. Protagonizada por Vicky Krieps y él mismo, la película se estrena esta semana en cines en Estados Unidos.

Mejor conocido por su interpretación del icónico personaje Aragorn en la trilogía de The Lord of the Rings de Peter Jackson, Mortensen debutó en la actuación a mitad de la década de 1980, participando en películas como Witness, Salvation! y Prison. Luego se dio a conocer en películas como Carlito’s Way, Crimson Tide, The Prophecy, Daylight, G.I. Jane y A Perfect Murder, durante la década de los 90.

Tras el éxito rotundo de la trilogía de The Lord of The Ring a principios de los años 2000, Mortensen lideró un sinnúmero de películas como Hidalgo, History of Violence, Eastern Promises, The Road y Captain Fantastic. En adición a ser nominado a tres premios Óscar de mejor actor, Mortensen ha ganado el premio Óscar de mejor película en dos ocasiones: The Lord of the Rings: The Return of the King (2003) y Green Book (2018).

Nacido en New York, pero criado en Venezuela, Dinamarca y Argentina, Mortensen también es reconocido por su trabajo a nivel profesional en otros medios artísticos. El intérprete de Thirteen Lives y Crimes of the Future, también es un celebrado pintor, fotógrafo, escritor, músico y director. En 2020 debutó su ópera prima Falling. Ahora, cuatros años después, se prepara para estrenar su nueva película, en la que fungió como escritor, director, protagonista, productor y creador de la banda sonora.

En The Dead Don’t Hurt, Mortensen da vida a Holger Olsen, un inmigrante danes que se enamora de la protagonista, y decide ir a luchar por la Unión en la floreciente Guerra Civil, dejando atrás a Vivienne, quien debe sobrevivir por sí misma y protegerse en una ciudad controlada por un alcalde corrupto.


CineXpress
recientemente tuvo la oportunidad de conversar con el cineasta de 65 años, quien reveló detalles sobre su nueva oferta cinematográfica y segunda salida como director.

El género del western tradicionalmente ha sido dominado por protagonistas masculinos. Su nuevo filme es liderado por un personaje femenino que explora la frontera. ¿Fue siempre este ángulo en parte lo que le interesó originalmente y motivó a contar esta historia como su próxima película?

Sí, empecé escribiendo una historia de una mujer. Una mujer que está abriéndose fronteras personalmente por ser como es, por tener sus propias ideas, ser independiente, terca, testaruda y con fuerza interior. Y, sí, no es usual tener a una mujer como el centro de una historia en un western. Tampoco es normal tener a los protagonistas como personas que no tienen el inglés como primer idioma y donde existen diferencias. Tampoco se suele ver el que nos quedemos con ella cuando su pareja masculina se va a la guerra. Pero aparte de eso, sí quise cumplir con las normas del western clásico en lo visual, la fotografía, los detalles, los objetos, interiores, exteriores y arquitectura. Y, también algo importante, que tampoco se cuida tanto, como la diversidad social, lingüística y racial en el oeste. Incluso, ver sitios menos poblados. La gente venía de todos lados, y entonces había una mezcla, como ahora en los Estados Unidos. Era importante mostrar eso correctamente y lo preparamos a fondo, en ese aspecto. 

Un aspecto interesante del filme es como explora y reta los supuestos roles tradicionales. En específico, la relación entre Vivienne y Holger. ¿Buscaba jugar con esta dinámica en la película?

El personaje de Holger, es verdad, es un poco diferente. No huimos de mostrar su torpeza, sus dudas y sus errores, pero lo mismo para ella un poco. Ella también a veces se pasa. Lo esencial es que es una historia de amor al final. Lo que hace que la relación funcione es que los dos, cada uno a su manera, por lo menos tienen un interés en lo que piensa y siente el otro. Y por eso dura la relación y vamos entendiendo que tanto dentro de esa relación y en la película en general, el perdón es más importante que la venganza. Al principio de la historia hay violencia y uno piensa que esto va a acabar como una historia de venganza, y resulta ser una cosa un poco diferente. Es bien importante el perdonar al otro y perdonarse a sí mismo, todos cometemos errores. Y si en una relación uno es capaz de adaptarse a los cambios en la otra persona, es más probable que esa relación prospere. Eso era una cosa que quería explorar, tanto como también lo que le pasa a las niñas y mujeres cuando sus hijos, padres, hermanos o parejas se van a luchar en sus guerras.   


Cuando hablamos del western tradicional su estructura mayormente es lineal, pero aquí lo hiciste con una estructura no lineal, en donde brincas en el tiempo. ¿Esto siempre fue planeado así o lo decidiste en el proceso? 

Sí lo escribí así básicamente, y después durante el rodaje y sobre todo durante la edición montaje de la película, no había un par de piezas. Pero básicamente era lo que había escrito, y lo que rodamos. Y la verdad es que, durante el periodo de post producción, cuando estaba editando la película, para quitarme cualquier duda (nos tomamos casi dos días) decidí colocar todas las escenas de forma lineal, para ver si era mejor. Y la verdad es que no me gustó tanto. Estaba bien, pero no me gustaba como iba conociendo a Vivienne. Y sé que ese tipo de estructura es algo que es más usual en la literatura y en novelas, pero hoy en día creo que en las series de televisión se ve cada vez más y que la gente con el cine se puede acoplar a ello. Yo hice un tipo de película que me gusta ver a mí. No me gustan las películas cuando el director, el compositor, los actores, el fotógrafo, me dicen o subrayan lo que tengo que sentir o lo qué tengo que pensar, con la música, la estructura, con la actuación o fotografía. Prefiero poder pensar por mí mismo. Creo que los espectadores en todos lados del mundo son mucho más inteligentes de lo que muchas veces los que hacen cine piensan. 

Como director, ¿qué ventajas tiene el contar una historia de esta manera (no lineal)?

Al principio de esta película, sí hay unas piezas que tienes que colocar como espectador, pero una vez que lo tienes claro, lo sigues sin problema. Y, además, como no está subrayado todo, puedes aportar tu punto de vista, y puedes participar en el contar. Y a mí me gusta eso. Cuando termina la película, de alguna manera, ya no es mía y es del espectador, que tiene su punto de vista, y que ha participado porque (espero) le ha gustado lo que ha visto. Por muy complicado que sea el comienzo de cualquier película, si haces algo que atrae, creo que te metes igual. Los primeros 10-15 minutos de cualquier película, por muy raro que sea lo que pasa, yo creo que uno lo perdona, porque uno quiere que funcione instintivamente cuando va al cine. Y después si hay resultado, pues sigues y participas.

A 20 años del estreno de la trilogía de The Lord of the Rings en cines, ¿por qué piensas que sigue resonando y conmoviendo a nuevas generaciones?

Bueno, J. R. R. Tolkien, el que escribió los libros en los que se basó la trilogía de Peter Jackson, minó a fondo culturas diferentes, literatura y mitología. Es que hay tantas cosas en esos libros que tienen un valor universal, que se entienden en todas partes y en cualquier idioma en que se lea esa historia. Y como Peter Jackson pudo de alguna manera transmitir el espíritu de esos libros, de una manera genial, visualmente, con el cuidado y tantos decorados, vestuarios, los diálogos, es una transferencia de Tolkien de Jackson al público, y los que eran amantes de los libros antes de ver las películas quedaron muy satisfechos. Y creo que por eso es que Peter Jackson ha podido hacer algo parecido a lo que había ya hecho Tolkien.