En los últimos años, el cine puertorriqueño nos ha regalado excelentes películas como Antes que Cante el Gallo (2016), ¿Quién Eres Tú? (2018), La Última Gira (2021) y recientemente, La Pecera (2023). Todas, básicamente cayendo bajo el renglón de historias dramáticas, más serias y de peso real. Pero, esta semana llega a cines una cinta que marca un gran logro para el cine boricua de género. Dirigida y escrita por Ray Figueroa, Érase una Vez en el Caribe, ofrece al público la oportunidad de una épica de venganza, acción y época, a través de la fusión de los géneros de samurai y westerns, infundidos con el sabor caribeño. Sin duda, una opción en cartelera refrescante y diferente a lo que estamos acostumbrados localmente.

La nueva producción de Belle Films, sigue a Juan Encarnación, un jíbaro reservado con un pasado violento, que emprende un camino de venganza con su machete y su hija, Patria, en brazos, cuando la mujer que ama, Pura, ha sido raptada. La película cuenta con las actuaciones de Héctor Aníbal, Essined Aponte, Fele Martínez, Yussef Soto Villarini, Kisha Tikina Burgos, Modesto Lacén, Néstor Rudolfo y José Eugenio Hernández.

Del saque, Érase una Vez en el Caribe resulta en una de las producciones puertorriqueñas más ambiciosas e impresionantes que he tenido la oportunidad de ver. El trabajo técnico del largometraje es uno de ensueño, provocando de principio a fin un inevitable sentir de orgullo, al saber que fue una visión creada por talento mayormente del patio. Desde el detallado diseño de producción de Mayna Magruder hasta la hermosa fotografía de Willie Berrios, y desde el genial trabajo de stunts hasta la excelente banda sonora de Omar Silva, todos los departamentos técnicos nos entregan una labor de primera, siempre sirviendo y complementando la historia en mano.

La genial mezcla entre el cine samurai (Akiro Kurosawa) y westerns (Sergio Leone), novelas gráficas, anime y la cultura puertorriqueña, toma protagonismo a la hora de contar una historia de venganza, y del choque inevitable entre el pasado y el futuro. El cineasta Ray Figueroa, escritor y director del filme, toma su claro amor por estas culturas y su legado en el cine (y otros medios), y paga tributo y respeto mediante su ejecución en estilo, narrativa y acción – todo a través del prisma de la cultura caribeña. Si el séptimo arte ya cuenta con películas como Once Upon a Time in America (1984), Once Upon a Time in Mexico (2003), y Once Upon a Time in Hollywood (2019), ¿por qué no explorar una en el caribe? Figueroa y compañía aprovechan la oportunidad al máximo con Once Upon a Time in the Caribbean.

En cuestión de las actuaciones, el talentoso reparto (mayormente boricua) logra muy buen trabajo. El actor Héctor Aníbal luce bien como Juan Encarnación, el héroe dispuesto a derramar sangre para encontrar a su amada, mientras que la actriz Essined Aponte brilla como Pura, personaje que el enemigo intenta controlar y seducir con la oportunidad de una nueva vida llena de placeres y riquezas. Por otra parte, los villanos dejan su marca gracias a la genial actuación de los actores Néstor Rudolfo y José Eugenio Hernández. Carismáticos y con presencia escénica, ambos intérpretes se logran establecer efectivamente como obstáculos memorables no tan solo físicos, sino también psicológicos para nuestro héroe.

En adición a esto, debajo de todo los machetazos y sangre derramada, Figueroa logra explorar temas como el poder del amor, la familia, la avaricia, la hipocresía, el desplazamiento, el pasado contra el futuro, el colonialismo, el robo de cultura, el pequeño contra el grande, y el “roba patria”, como también el “vende patria”. Algo que sin duda es muy bienvenido y refrescante en una producción de época y con raíces caribeñas.

En fin, Érase una Vez en el Caribe es un logro épico para el cine puertorriqueño. No tan solo sirve de ejemplo de que existe talento, pasión y visión en Puerto Rico para lograr cine de género y poder ofrecerle la opción al público, sino de que producciones como esta, de alto calibre técnico, no tienen nada que envidiarle al resto del mundo. Sumamente orgulloso del filme.