Hay veces que uno se involucra en proyectos para inyectarle el talento propio o la experiencia previa de manera que el producto final sea uno de provecho y decente. En estos casos, se suele ver al proyecto como el ente principal y el objeto de trabajo donde se debe ver el progreso del esfuerzo. Por otro lado, hay proyectos a los que entramos de una manera y salimos de otra. Existen proyectos en los que nos adentramos sin necesariamente saber mucho del tema y en los cuales, aunque el producto que sale es uno decente y de progreso, cuando nos miramos adentro nos vemos transformados; más transformados de lo que podríamos pensar que está el proyecto en sí. O sea, nosotros mismos, como personas e individuos nos vemos más tocados por el proyecto que lo que nosotros tocamos al proyecto en sí.

Hace un año fui invitado a participar de un espacio en dónde se habla de cine, series y algunas otras cosas que tengan que ver con el séptimo arte. Bajo el nombre de “Throwback”, el podcast producido por el portal de CineXpress, va analizando y dando distintas perspectivas a películas que hayan sido significativas en la historia del cine y que tenga un significado especial para los miembros del programa. Claramente, respondiendo al nombre del podcast, las películas escogidas deben tener al menos más de una década de haber salido. Desde mi invitación y primera participación ya han pasado cincuenta y dos semanas; un año. Es un año en el que, no solo he descubierto amistades y personas con muchas maneras de pensar interesante, sino que también he aprendido tanto del cine como nunca pensé saber. Así también, me he abierto a recibir el arte del cine como algo más que solo una película en una sala de cine o en la sala de mi casa. He aprendido los caminos necesarios que recorre una idea hasta convertirse en un proyecto de producción cinematográfica, y la importancia de cada elemento (música, colores, fotografía, etc.…) dentro de cada obra. Finalmente, a un año de esta experiencia, puedo decir que EL CINE ME HA CAMBIADO. Me ha cambiado tanto o más de lo que yo esperaba que lo hiciera, pero más que eso, porque ya no puedo ver una película sin entrar en un proceso activo y sensible (sobre todo sensible) cada vez que me siento a ver una.

Cuando a un año de la experiencia inicial, uno se sienta a pensar y reflexionar, entiende algunas de las razones por las que una buena película te envuelve como un todo y te deja como un ser humano distinto. Como primer ejemplo puedo mencionar ese primer capítulo en el que participé donde hablamos de Good Will Hunting. Esta película, detrás de toda trama y actuaciones, un guion excelente y diálogos de altura, tiene una magia que necesita de mi (nuestra) reflexión para completar el viaje. Recuerdo que el tema en el podcast llegó a su cénit cuando pudimos ver que, en la película, quizás sea más importante la transformación del terapeuta (interpretado por Robin Williams) que la de el mismo Will (Matt Damon). ¿Entonces, es el cine un elemento pasivo que solo necesita que lo veamos de manera unidimensional? No, en definitiva, no lo es. Cada película, como cada obra de arte en óleo, cada poesía, cada canción o cada escultura, tienen el poder de cambiarnos. De tomarnos prestados por dos o tres horas, o más, y regresarnos de nuevo a la cotidianidad siendo un individuo cambiado… crecido.

Hemos analizado tantas películas que mencionarlas aquí no sería un ejercicio práctico para el escrito. Desde Citizen Kane hasta Braveheart. Pasando por películas como The Great Dictator, Jaws y más. Hemos analizado actores, conocidos y no tan conocidos, y personal que no siempre está en el “spot” como camarógrafos, músicos, maquillistas y guionistas. El resultado ha sido envolvente. Es une experiencia que te obliga a repensar el cine de manera crítica y sensible. Ahora, entrar a una sala, escoger una buena silla, admirar los colores, el sonido, la fotografía que se utiliza, los tiros de cámara con toda la intención del director y un sinnúmero de aspectos adicionales, se vuelve toda una aventura. Es una experiencia que como mencioné, te envuelve. Pero no solo te envuelve, te eleva y te lleva a un plano en donde todos tus sentidos están siendo bombardeados por elementos que pertenecen a esa película y no otra. Es un viaje de dos o tres horas en el que nos despegamos del día a día y en el que vemos un pedazo de la historia de alguien o de algo, pero visto desde el lente que el director nos otorgue. Esto es lo que aprendido de este arte. Que es uno envolvente y, aunque la palabra suene fuerte, totalmente invasivo. Una buena obra de cine nos invade, nos toma con nuestro permiso, nos envuelve en una trama que quizás pasó o quizás no, pero que la vivimos como nuestra. Nos anclamos en la historia de sus protagonistas, con sus emociones, sus miedos, sus alegrías y sus esperanzas. Luego vamos resolviendo la trama con ellos, aunque perdamos o ganemos, hasta cerrar la narrativa. De ahí, cuando ya hemos terminado, comenzamos a rumiar la temática, a cuestionar al protagonista, al director, a los antagonistas, a crear teorías o hipótesis y a seguir dialogando sin darnos cuenta de que mantenemos la película viva.

A un año de haberme sentado en la silla de mi home office, a compartir dos horas con 4 personas que aman el cine a su manera especial, puedo decir que esta es otra de las grandes ganancias que me ha traído esta pandemia y este semi-encierro. A veces me pregunto si hubiera pasado lo mismo si no hubiese una pandemia. ¿Habría tenido la oportunidad de participar en el programa? ¿Hubiera tenido la oportunidad de ver tantas películas buenas (y las que me faltan)? ¿El cine me hubiese tocado como lo hizo? A veces la pizca de pensamiento ideal me pone a pensar que es igual que una película, y que esto estaba en el guion para que pasara así. Y que el cine, como arte que es (aunque a veces lo olvidamos), me detuvo en un momento y me dijo: DETENTE, SIÉNTATE Y ENTIÉNDEME, tengo algo que mostrarte. Si fuera así, y en cualquiera que fuera el caso, solo puedo decir GRACIAS, CINE… LO NECESITABA.

Quiero agradecer a todo al equipo del Podcast que se han convertido en una familia extendida. Se han convertido en amigos en tiempos donde una Pandemia alejó geográficamente a algunos, pero añadió grandemente a otros. Eso, también se lo debo al cine. Vamos, déjense envolver ustedes también de esta manera.

por Alexis “Profesor” León