Luego de impresionar a la audiencia y crítica con su ópera prima, Fair Play, en enero pasado durante el Festival de Cine de Sundance en Utah, la cineasta Chloe Domont ahora se prepara para lanzar la cinta a nivel global a través del popular servicio de streaming Netflix. Escrita y dirigida por Domont, la película cuenta con las actuaciones de Phoebe Dynevor (Bridgerton) y Alden Ehrenreich (Solo, Oppenheimer).
Fair Play sigue a una pareja recién comprometida que ve su relación llevada al límite luego de un ascenso inesperado en una despiadada firma de fondos de cobertura en Wall Street. La cinta fue adquirida por Netflix ($20 millones) luego de su debut en Sundance, y tuvo su premiere internacional en el Festival Internacional de Cine de Toronto en septiembre.
Domont, original de Los Ángeles, es mejor conocida por trabajar como directora y escritora en múltiples series de televisión como Ballers, Shooter, Suits y Billions.
CineXpress recientemente tuvo la oportunidad de hablar con la joven cineasta, quien compartió detalles sobre el origen temático de su libreto, la química en pantalla entre sus dos protagonistas, y el deseo de provocar conversación y debate con su filme.
Su película toca temas muy relevantes como roles de género, sexismo, lugar de trabajo tóxico, empoderamiento femenino, fragilidad masculina, entre otros. ¿Porque decidió enfocarse en esto para su primera película? ¿Sus propias experiencias inspiraron de alguna manera el guión?
Sí. Creo que esta película fue definitivamente un análisis de algunas experiencias que tuve en el pasado y realmente surgió de este sentimiento que estaba teniendo en un cierto período de mi vida cuando mi carrera comenzó a despegar y mi éxito no se sentía como una victoria total, se sintió como una pérdida en cierto nivel. Y eso se debe al tipo de relaciones en las que estaba. Estas relaciones con hombres que me adoraban por mis fortalezas, ambición y talento, pero al mismo tiempo se sentían amenazados por ello. Y lo más importante es que nunca fue algo de lo que pudiéramos hablar. Era algo que ambos teníamos miedo de admitir que realmente estaba sucediendo. Así que lo normalicé y luego seguí experimentándolo, y eso me hizo darme cuenta de cuánto control todavía tienen sobre nosotros hoy estas dinámicas de poder arraigadas. Por eso quería plasmarlo en la pantalla.
La química entre sus dos protagonistas es increíble en la cinta. ¿Qué gran ventaja fue tener a estos dos talentosos actores a su disposición, ayudándole a traducir su pareja del guión a la pantalla grande?
Supe de inmediato que estos eran mis actores. Que estos eran mis Luke y Emily. Pude sentirlo de inmediato cuando me reuní con Phoebe (Dynevor) y Alden (Ehrenreich). Una vez que los reuní en la habitación, su química fue instantánea y supe que tenía una película. Fue increíblemente emocionante. Son dos de los actores más comprometidos con los que he trabajado y se lanzaron de cabeza con este material. Fueron allí conmigo y llegaron a estos niveles explosivos. Llegaron a estos momentos de total inseguridad y fragilidad, y la cantidad de humanidad que aportaron a los papeles, fue mejor de lo que jamás hubiera imaginado.
Además de entretener al espectador, que le gustaría que la audiencia se llevará de su película luego de verla?
Espero que la película genere preguntas, haga que la gente hable y genere conversación y debate. Idealmente, algunas de las preguntas con las que me gustaría dejar a la audiencia es: ¿cómo podemos desmantelar el vínculo entre el empoderamiento femenino y la fragilidad masculina? ¿Cómo podemos romper ese lazo? Esto es algo que ha estado entrelazado durante tanto tiempo y todavía lo está en muchos niveles. ¿Cómo podemos separar esas cosas? ¿Cómo podemos desmitificar el papel que se supone que deben desempeñar los hombres? ¿Y cómo pueden las mujeres aprender a aceptar sus éxitos sin temer que les haga daño en algún nivel?
Fair Play estrena este viernes, 6 de septiembre en Netflix.