Simone, la nueva película basada en la galardonada novela homónima de Eduardo Lalo, estrena mañana en cines del País. Dirigida y adaptada por Betty Kaplan (Doña Bárbara), la producción puertorriqueña sigue a un profesor de la UPR (Esaí Morales) que comienza a recibir notas misteriosas de carácter literario y que emprende en una aventura erótica con una estudiante inmigrante china (Kunjue Li). El drama se filmó durante cinco semanas en Puerto Rico y cuenta también con la participación de los actores Braulio Castillo, Zorie Fonalledas, Bruno Irizarry, Eli Cay y Caterina Murino.

Del saque, uno de los grandes aciertos de Simone yace en su excelente producción. Esta nueva oferta de cine continúa la reciente racha de producciones puertorriqueñas que exhiben alta calidad en todos los aspectos técnicos del séptimo arte. Desde el detallado diseño de producción de Bonita Hoffman (Lo que le pasó a Santiago), hasta la inquietante banda sonora de Geronimo Mercado (Broche de Oro), todos los departamentos logran tremendo trabajo de plasmar la obra original literaria en la pantalla grande. Esto incluye también la estupenda fotografía de Sonnel Velasquez (La Granja, Fantasy Island), que captura efectivamente la energía y misterios de la área metropolitana de Puerto Rico.

En su historia, Simone explora temas interesantes como la identidad en múltiples planos, los límites del ser humano emocionalmente y creativamente, y el choque cultural íntimo y a gran escala. La cinta es más un estudio de personaje sobre el protagonista que realmente un thriller de misterio. La cinta se encuentra en su mejor momento cuando por fin se conocen el profesor y la joven Li Chao, y surge una relación de pasión que los lleva a conocer realmente el pasado que cada uno arrastra para bien y para mal. Incluso, el aspecto erotico del filme, resulta refrescante en las manos de la directora, entregándonos algo bastante sensual, artístico y con respeto.

En cuestión de las actuaciones, Esaí Morales (Ozark, La Bamba) hace muy buen trabajo a la hora de darle vida al profesor y escritor frustrado, mientras que Kunjue Li logra transmitir efectivamente el miedo y frustración de la joven Li Chao. Sin duda, ambos actores se entregan completamente en sus respectivos papeles.

Dicho esto, la cinta puede pecar de merodear en varias secciones y realmente no conectar por completo con el espectador en su exploración de los temas principales y su ejecución. En su esencia la trama es bastante simple, pero en su intento de ser más rebuscada puede perder el interés de la audiencia. En adición, el drama incluye varias secciones animadas que hacen eco a la travesía del protagonista, que constantemente sacan al espectador de la experiencia cinematográfica. Independientemente del propósito y mensaje, estos momentos interrumpen la historia central de manera abrupta.

En fin, no tengo duda que los amantes de la novela original saldrán satisfechos con la adaptación al cine, mientras que el recibimiento por el resto de la audiencia casual podría resultar mixta.