Este próximo jueves llega a cines la nueva oferta de uno de los cineastas más consistentes de nuestra generación, Edgar Wright. A tan solo sus 43 años, el director británico ha logrado impresionar con su originalidad y alcance a través de varios géneros con filmes como Shaun of the Dead, Hot Fuzz, Scott Pilgrim vs. The World y The World’s End. Ahora con Baby Driver, Wright brinca al género de acción y crimen para deleitarnos con su tributo a filmes de la vieja guardia sobre persecuciones automovilísticas y robos.

En el filme, un joven chofer profesional que se dedica a ayudar ladrones escapar, quiere escapar dicho estilo de vida. El mismo sufre de tinnitus, una condición donde constantemente tiene zumbido en un oído, por lo que siempre usa música para poder ahogar dicho sonido y concentrarse. Lamentablemente, escapar su oficio se le hará bastante difícil a “Baby”.

Lo bueno…

Aunque la historia (inspirada por filmes como Point Break, Heat y Reservoir Dogs) no es nada del otro mundo, sí hay que darle mucho crédito al director Edgar Wright por todo lo que logra con este su proyecto de pasión (sorry Ant-Man). Aquí el cineasta logra exitosamente la combinación de pagar tributo a filmes clásicos del sub-género e inyectarle mucho de su estilo único mediante su dirección musicalizada. No solo Wright logra extraer buenas actuaciones del reparto, sino que también logra mantenernos al borde de nuestros asientos con tremendas secuencias de acción al ritmo de un fantástico soundtrack.

La música de Baby Driver es el corazón del filme. Todo revuelve alrededor de ella. Todo lo que ocurre en el filme está coreografiado al ritmo de la música sonando. En sí, la música realmente es el protagonista de la cinta. Desde el sonido de una taza de café tocando una mesa, hasta el movimiento del limpia parabrisas, todo queda sincronizado al ritmo de la música. El fantástico soundtrack construido por Wright incluye canciones de artistas como The Beach Boys, The Commodores, Beck, Barry White y Queen. Todas suenan perfectamente a su debido momento. Cada ritmo, cada lírica y cada nota tienen su razón de ser dentro de la historia de “Baby”. Y esto es el aspecto más genial y refrescante de la nueva oferta de Wright.

Otro aspecto sumamente positivo lo es la acción. Basada en efectos prácticos y coreografía real, la acción en Baby Driver es buenísima. Y al ser acompañadas por la música escogida, como mencioné anteriormente, dichas escenas son aún mejores. Por ejemplo, la mejor secuencia del filme ocurre en su apertura, donde “Baby” espera en su vehículo, al son de la canción “Bellbottoms”, que los ladrones terminen su robo para entonces guiarlos al escape. La misma perfectamente te acomoda dentro del estilo y estado de ánimo que Wright quiere para el resto de la película.

Y por supuesto, otro elemento excelente del filme lo es el trabajo del elenco. Ansel Elgort (The Fault in Our Stars) trae suficiente talento y carisma para protagonizar la cinta como “Baby”. Lo mismo puede ser dicho de la actriz Lily James (Cinderella), quien, por supuesto trae inmensa dulzura e inocencia al personaje de “Deborah”, la mesera de quien Baby se enamora. Ambos tienen excelente química en la pantalla grande, para aguantar el peso de su romance. Pero en realidad es el resto del reparto que se roba la película. Los ya ganadores del Oscar, Kevin Spacey y Jamie Foxx se lucen grandemente en sus respectivos papeles. Spacey (House of Cards) trae su usual humor seco y encanto al papel de “Doc”, patrón de Baby y cerebro de la operación. Foxx (Django Unchained) trae arrogancia y locura al personaje de “Bats”, personaje que termina siendo el “wildcard” del grupo. Cabe mencionar al actor Jon Hamm (Million Dollar Arm), que por fin brilla como “Buddy”, uno de sus mejores papeles desde terminar su serie de Mad Men.

Lo malo…

El único fallo marcado del largometraje es que el director decide alargar las cosas en el tercer acto. Aquí Wright quiere hacer demasiadas cosas durante el supuesto clímax del filme. Y debido a esto, es que se siente que la película se le va un chin de las manos. Pues la verdad es que ya para estas etapas es más cuestión de estilo sobre historia. Varios finales falsos hacen que el mismo se sienta demasiado largo y que la resolución verdadera se tarde en llegar.

En fin…

Acelerada, animada y muy entretenida, Baby Driver resulta en otro hit para la cintura de logros del cineasta Edgar Wright. Gracias a unas tremendas actuaciones, música contagiosa y dirección en punto, el filme resulta ser una joya memorable en el medio de tanto blockbuster veraniego desechable. Baby Driver es un bienvenido shot de adrenalina y buena música en el cine.

Baby Driver estrena este jueves, 29 de junio en cines de Puerto Rico.