Hoy llega a cines locales el nuevo thriller de terror psicológico A Cure for Wellness. La misma es dirigida por Gore Verbinski, mejor conocido por darnos filmes como The Ring, Rango y tres de los filmes de Pirates of the Caribbean. En esta ocasión el cineasta americano nos presenta la historia de un ambicioso ejecutivo joven, interpretado por Dane DeHaan (Chronicle), que es enviado para recuperar al CEO de su empresa, de un idílico pero misterioso centro de bienestar ubicado en los Alpes suizos. Al llegar, se va dando cuenta poco a poco que los tratamientos milagrosos del spa, no son lo que parecen.
Lo bueno…
Rara la vez uno ve este tipo de proyectos hoy día. En donde un estudio grande le da carta blanca a un director, junto a un presupuesto alto, para que el mismo persiga y ejecute su versión del filme. Si hay algo que admirar en A Cure for Wellness, pues es esto. Este filme me recordó mucho al largometraje de Martin Scorsese, Shutter Island, pero pasado por el filtro de un The Island of Dr. Moreau o por la mente de un Guillermo Del Toro – donde el cineasta anda tomando riesgos y presentando ideas nuevas y raras.
Verbinski se luce a la hora de tomar decisiones sobre diferentes tomas de cámara, crear atmosfera y ponernos en situaciones de suspenso. La cinematografía, a cargo de Bojan Bazelli, es temible y hermosa. Y local en donde transcurre la historia, el Castillo de Hohenzollern en Hechingen, Alemania, es extraordinario y un lugar de ensueño para este tipo de género.
Lo malo…
Uno de los problemas grandes de A Cure for Wellness es su larga duración. Su duración de casi dos horas y medias no ayudan en lo absoluto. Luego de un excelente primer acto, donde nos presentan la premisa y sus componentes, el segundo acto se convierte en un ejercicio de repetición. Por ejemplo, el personaje principal se escapa de su habitación y descubre algo perturbador del local, seguido de que lo tilden de estar aluciando y lo pongan nuevamente en su habitación. Este ejercicio pasa múltiples veces, tornándose en un juego irritable. Y ya cuando llegamos al clímax del filme, varias de las revelaciones ya se veían venir, y el resultado final no es tan satisfactorio. La acción es buena, pero las motivaciones son superficiales.
En fin…
A Cure for Wellness gana puntos por traer algo refrescante a la mesa y por incluir trabajo de alta calidad en casi todas sus áreas técnicas. Lamentablemente, su larga duración y juego de repetición afectan grandemente el resultando final. Y al final de todo, las contestaciones a todas nuestras preguntas no son tan satisfactorias. Este filme es un clásico caso de echarse a la boca más de lo que uno puede masticar.
A Cure for Wellness estrena mañana en cines.