Estrenando una semana antes que en Estados Unidos, hoy llega a cines la nueva entrega de la popular franquicia de mutantes y superhéroes, X-Men Apocalypse. La misma es la novena película (contando Deadpool) del universo de X-Men en la pantalla grande. El director Bryan Singer regresa al mando de su cuarto filme dentro de la franquicia. En esta ocasión el cineasta nos presenta al primer mutante en la historia, que despierta con planes de apoderarse del mundo.
Lo bueno…
El acierto más grande del largometraje lo sigue siendo el reparto. El mismo incluye un grupo de jóvenes actores que inyectan sangre nueva a la franquicia. Entre estos, Evan Peters (“Quicksilver”), Tye Sheridan (“Cyclops”) y Sophie Turner (“Jean Grey”) brillan en sus respectivos roles. Ahora, quienes realmente cargan nuevamente con la cinta lo son los actores James McAvoy (“Profesor X”) y Michael Fassbender (“Magneto”). Ambos actores continúan logrando descubrir nuevos ángulos y espacios a estos personajes que ya conocemos muy bien. Gracias al carisma y presencia escénica que ambos tienen, el material en mano es definitivamente elevado. Es una pena que luego de establecer dicha relación tan compleja e interesante en los filmes anteriores, aquí casi ni comparten el mismo recuadro.
Otro aspecto positivo del filme va al “Quicksilver” de Bryan Singer. Protagonizado por el encantador Evan Peters, el mismo por segunda cinta consecutiva se roba el show. Aquí, el velocista de cabello color plata nuevamente tiene la mejor secuencia de acción. Además de esto, Peters le saca excelente chispa al debate de quién es el padre de su personaje, convirtiéndose en la base de la mayoría del humor presente.
Por supuesto, cabe mencionar el increíble trabajo de efectos visuales. No hay duda de que dicho departamento sigue mejorando con cada filme. Apocalypse fácilmente nos da la mejor presentación en pantalla hasta el momento de los X-Men y sus poderes extravagantes.
Lo malo…
El problema más grande de Apocalypse es que quiere hacer demasiadas cosas, pero con poca paciencia. Durante sus 143 minutos de duración, la película te presenta un montón de lineas de trama que al final se suponen deban interconectar. Y aunque mayoría sí logra hacerlo, hay algunas que no son muy bien manejadas por el director y sus guionistas. En un lado tenemos la aburrida campaña de reclutamiento repetitiva del villano “Apocalypse” y por el otro la introducción de “Cyclops” a la escuela para jóvenes especiales. Por un lado tenemos la reintroducción de la agente de CIA, “Moira MacTaggert” a la vida de “Charles Xavier” y por el otro la nueva vida pedestre de “Magneto”. Singer trata de estar en todos lados, para todas las subtramas. Y gran parte del problema es que el director corta muy rápido de las más interesantes, para brincar a otras que realmente no lo son. Dicho ejercicio se convierte en una dinámica frustrante.
De la mano con esto, Singer y sus escritores dependen demasiado en revisitar diálogo y escenas de filmes anteriores – en especial de X-Men: First Class. Es frustrante nuevamente ver la dinámica de desacuerdo entre “Xavier” y “Magneto”, pero de manera reciclada, usando material del pasado. A lo largo del filme se pierde el impacto, debido a que el director y los escritores continuamente te dan por la cabeza con el mensaje.
Otro fallo notable lo es el villano débil. Siendo esta la novena película de la franquicia, este departamento sin duda deja mucho que desear. El villano central “Apocalypse” es decepcionante. Su tonta apariencia y la constante justificación de su monótono plan, hacen del mismo uno no muy memorable en el panteón de los X-Men. Y es una pena, ya que Oscar Isaac es uno del mejores actores en Hollywood ahora mismo. Uno simplemente no coge a uno de los actores más talentosos, guapos y más pegados del momento y lo tapa debajo de un sinnúmero de libras de maquillaje y disfraz.
En fin…
En una era en donde el género de filmes basados en superhéroes y cómics anda en su mejor momento, y el listón constantemente es elevado, X-Men: Apocalypse lamentablemente no trae nada nuevo al juego. Esto no es decir que la cinta es mala, pues no es así. Esto simplemente significa que el público de hoy día ya lo ha visto casi todo, y es uno muy difícil de asombrar. Esta tercera entrega (de la nueva trilogía) quiere hacer demasiadas cosas, pero no las que realmente importan. X-Men: Apocalypse, al igual que su villano, pierde su camino entre la repetición y demasiadas tramas, dejando a un lado la diversión, acción y los personajes que de entrada amamos. Viniendo de la excelente Days of Future Past, Apocalypse simplemente está oka.