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High-Rise nos presenta la llegada del doctor Robert Laing a la Torre Elysium, un inmenso rascacielos dentro del cual parece existir la sociedad ideal. Poco a poco, Laing va descubriendo que dicho mundo de orden quizás no sea uno tan perfecto. La cinta, basada en la novela homónima escrita por J. G. Ballard, es adaptada por el director inglés Ben Wheatley (Kill List, Sightseers). La misma lamentablemente no ha llegado a la isla, pero por lo menos ya está disponible para compra y/o renta en formato digital.

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Lo bueno…

El aspecto más fuerte del filme es la gran combinación de la dirección y producción. Luciendo en grande particularmente en el primer acto, el director Ben Wheatley nos presenta su mejor trabajo hasta el momento. Sus gustos de tiros de cámaras, visuales y edición frenética te atrapan instantáneamente, alertándote desde un principio de que este no es un filme como cualquier otro, que aquí veremos algo diferente.

Otro acierto definitivamente lo son las actuaciones. Por su parte, Tom Hiddleston (Thor, Crimson Peak) logra tremendo trabajo como el protagonista de la historia, “Dr. Laing”. Podemos contar con él a la hora de mantenernos interesados en lo que esta sucediendo en pantalla, incluso hasta cuando realmente nada esta pasando. Jeremy Irons (Batman v Superman) es perfect casting como el arquitecto del edificio, “Royal”, trayendo esa esencia de realeza a todas sus escenas. Ahora, quien realmente es una revelación aquí es el actor Luke Evans (The Hobbit, Dracula Untold). El mismo se roba la película con su exagerada interpretación de “Wilder”, la cual encaja perfectamente con el material en mano y dicho mundo.

Cabe mencionar lo pertinente que la historia es. Para ser una obra escrita hace más de 40 años, la historia es sumamente relevante a nuestros tiempos y muy desconcertante. Gran razón por la que el largometraje funciona es porque los temas que explora mediante su comedia negra, están en punto con los de hoy día.

Lo malo…

Aunque el largometraje comienza ligeramente y apoyándose de una premisa cautivante, los procedimientos se ven agobiados por ejercicios en repetición y falta de enfoque. Donde el primer acto es brillante y el segundo decente, el tercero se desmorona por completo, resultando en una cinta que decepciona grandemente al final. Luego de tanta promesa incitada por el director, el resultado te deja sin recompensa alguna y/o sin gran impacto emocional. Para mal, el director se queda atascado en una ruleta visual a la hora de entregarnos nuestra merecida recompensa.

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En fin…

High-Rise es uno de los filmes más refrescantes y atractivos de lo que va de año, pero al mismo tiempo, es uno de los más frustrantes e incómodos también. La misma incluye buenas actuaciones, visuales memorables y una dirección más que decente en las manos de Ben Wheatley. La cinta sale de la puerta con fuerza y mucha promesa, pero lamentablemente ya para el tercer acto la misma resulta en decepción y sin recompensa. Al final de todo, High-Rise funciona gracias a su inquietante y relevante historia.

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