Julia Roberts, la eterna niña adorada de Hollywood, abre el nuevo año con su nuevo drama Ben is Back, con el que pone de manifiesto su dominio de la pantalla y sus recursos para el drama.

Con una trayectoria de más de 30 años en la industria, la actriz es recordada por películas como Pretty Woman, My Best Friend’s Wedding, Wonder, así como Erin Brocovich con la que ganó en 2002 un premio Oscar. En esta ocasión interpreta a Holly Burns, una madre que trata de ayudar a su hijo adicto tras su salida de una casa de rehabilitación. La película, que estrena hoy en Fine Arts, es dirigida y escrita por Peter Hedges y protagonizada por su hijo Lucas.

Lo bueno…

Las interpretaciones de Roberts y Hedges son el mayor atractivo de la propuesta. Ambos ofrecen tremendas actuaciones como madre e hijo y son la base emocional de la cinta en todo momento. Roberts flexiona con gran efectividad sus músculos en territorio dramático y el espectador desarrolla una empatía con su personaje. Mientras que Hedges sigue trazando su propio camino en Hollywood, luego de aplaudidas participaciones en Manchester by the Sea, Lady Bird y recientemente en Boy Erased. Las escenas con Roberts y Hedges son los mejores momentos del filme.

Lo malo…

Sin embargo, el fallo mayor de la película radica en su drástico cambio de tono. El director establece un ritmo efectivo, serio y personal durante la primera mitad, pero al tratar de inyectarle energía a los procedimientos, transforma el filme en uno de crimen y suspenso, cayendo en lo predecible y afectando la experiencia en general.

En fin…

A pesar de esto, Ben is Back resulta en un buen drama emocional, en donde Roberts brilla con su retrato apasionante de una madre desesperada intentando ayudar a su hijo. La actriz demuestra que continúa al tope de su juego.