Estamos a unos días de celebrar el día de San Valentín. Y esto significa la llegada de flores, chocolates, masajes y por supuesto, un nuevo filme de “Fifty Shades of Grey’. Ayer estrenó en cines locales, ‘Fifty Shades Freed’, la tercera y última entrega de dicha serie de romance erótico, basada en las novelas de E.L. James.
En este último capítulo seguimos a “Anastasia” y “Christian”, quienes deciden tomar el próximo paso en su relación y se casan. Ahora ambos deben acostumbrarse a la vida de matrimonio, mientras que alguien del pasado trata de hacerles daño. La cinta fue dirigida por James Foley y protagonizada por los actores Dakota Johnson y Jamie Dornan.
Lo bueno…
La mejor oferta de ‘Fifty Shades Freed’ es que por fin es la última entrega de la trilogía. Sí, dicha serie ha llegado a su final. Y esto sin duda es el aspecto más atractivo del filme. Adicional a esto, también podríamos decir que la misma no es tan abismal como su predecesora ‘Fifty Shades Darker’ del 2017. En esta ocasión se nota el esfuerzo consciente de la producción entera en tratar de amplificar lo sexual, añadir más humor y no cogerse así mismo tan en serio. Y hasta cierto punto, esta estrategia funciona, superando así la entrega anterior.
En cuestión de las actuaciones, la actriz Dakota Johnson es quien nuevamente luce más decente, cargando básicamente con el filme, la mayoría de la desnudez en cámara y algo del humor. Aunque el material en mano continúa siendo malo, la joven actriz se siente aún más segura de sí mismo y su trabajo en esta entrega final.
Cabe mencionar que la producción nuevamente es genial cuando hablamos de los locales, vestuarios y vehículos incluidos. Desde los atuendos de ambos protagonistas (especialmente “Anastasia”), hasta el vehículo deportivo de “Christian”, todo es lujoso y de alta calidad. Hay que admitir que este fue el departamento más consistente durante los tres filmes.
Lo malo…
Como en las dos películas anteriores, el guion continúa siendo el fallo más grande. Aunque se aprecia el mandato de inyectarle más humor y un tono más liviano a los procedimientos, el mismo continúa incluyendo diálogo risible, personajes sin desarrollo y una trama central casi inexistente y demasiada tonta. Añádele a esto también, unas motivaciones bobas y decisiones cuestionables de algunos personajes, que no cuadran y hacen sentido dentro de lo ya establecido en la serie. El resultado es una experiencia nuevamente frustrante y/o aburrida – especialmente para las personas que no leyeron las novelas.
Otro de los fallos gigantes del filme, y realmente de la serie completa, es la química inexistente y forzada de los protagonistas. Ambos nuevamente lucen rígidos e incomodos en pantalla, caminando hacia una recta final sin ningún tipo de química en la pantalla grande. Cuando el espectador y su popcorn tienen más química que los dos protagonistas en pantalla, en un filme de romance erótico, la cosa está bien mala.
Aunque lo sexual ha sido inyectado con más energía, la realidad del caso es que nuevamente seguimos viendo más del lado del personaje femenino, que del masculino. Esto sin duda será nuevamente frustrante y decepcionante para parte de la audiencia, que esperaba por fin ver más del personaje de “Christian” en exhibición. La dinámica continúa siendo injusta para la actriz, como también para los fans. Sin duda, una dinámica anticuada, ¿no?
En fin…
‘Fifty Shades Freed’ no es tan mala como su predecesora. Aunque trata de balancear mejor el melodrama, sexo y humor, ya muy tarde en el juego, esta tercera entrega sigue sufriendo de los mismos fallos de las anteriores. ‘Fifty Shades Freed’ es la clausura de una trilogía inconsecuente, que nunca aprovecho su tiempo para decir algo interesante, o al menos mostrarnos algo interesante que ver. Solamente en presentarnos lo lindo que sería ser la media naranja de un multimillonario. Pero ahora con su fin, todos somos “libres” ¿no?