Por fin llega a cines este jueves la película más controversial del año, el nuevo reboot de Ghostbusters de Sony Pictures. La misma ha generado una ridícula debacle (mayormente en el internet), primero porque el estudio decidió darle luz verde y segundo porque su director Paul Feig (Bridesmaids, Spy) decidió fichar cuatro actrices como sus protagonistas. En esta ocasión, fuera queda el reparto original del clásico del 1984, Bill Murray, Dan Akroyd, Harold Ramis y Earnie Hudson, y entran las nuevas cazafantasmas Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones para detener una gigante amenazada paranormal y nuevamente salvar Manhattan.
Lo bueno…
Esta nueva entrega mayormente funciona gracias al grupo de comediantes en su centro. Simplemente, sin ellas este filme caería por la borda. Aquí la química entre las veteranas de Saturday Night Live son la pega que mantiene todo de no caerse. Melissa McCarthy (“Abby Yates”) y Kristen Wiig (“Erin Gilbert”) son nuevamente serviciales en sus respectivos papeles, sorprendentemente luciendo como las más reales y serias del grupo – algo muy bienvenido. Mientras tanto Leslie Jones (“Patty Tolan”) y Kate McKinnon (“Jillian Holtzman”) brillan grandemente, manteniendo las cosas bien interesantes gracias a sus personalidades excéntricas en la pantalla grande. Cabe mencionar la participación de Chris Hemsworth como el nuevo recepcionista del grupo “Kevin”. Aquí Hemsworth se roba el show, ofreciendo risas cada vez que aparece en el recuadro. La combinación de humor de McKinnon y Hemsworth es dinamita.
Otro elemento positivo lo es la dirección consistente y enfocada por Paul Feig. Aquí el cineasta demuestra nuevamente porque ha tenido éxito a la hora de hacer comedias protagonizadas por mujeres. Aunque quizás podríamos decir que esta es su película más tímida hasta el momento, el resultado final es definitivamente bueno. Lo más importante es que Feig a través de sus decisiones creativas y trabajo detrás de la cámara logra capturar la esencia del concepto original de los Ghostbusters. Termine gustándote o no, esto es una película que se siente como Ghostbusters. Y esa es su logro más impresionante.
Lo malo…
Entre los fallos de la cinta se encuentran dos bastante grandes. El primero siendo el personaje del villano, interpretado por Neil Casey. Escaso inmensamente de tiempo para desarrollarse un poco más, el villano aquí es de los peores que he visto en buen tiempo. ¿Piensas que los villanos de Marvel son decepcionantes? Deja que te topes con este. Malísimo.
El otro aspecto negativo marcado yace en la sobrecarga de “fan service”. El largometraje se ve abrumado por múltiples “easter eggs” y cameos cada cinco a diez minutos. Aunque algunos funcionan gracias a su sutileza a la hora de pagar respeto a la original, la mayoría lamentablemente saca a uno de la experiencia en general. Por ejemplo, el cameo de uno de los más adorados, Bill Murray, termina siendo una oportunidad malgastada y para mi sorpresa muy decepcionante. ¿Quién lo iba a decir, verdad? Desde riffs en la música hasta diseños inspirados en la original, la realidad es que Feig y compañía apostaron a incluir quizás más de lo que en verdad los fans necesitaban o pedían en este departamento.
En fin…
Luego de haber sido tontamente atacada por su desarrollo, por una estúpida ola de actitud misógina no merecida y una campaña de mercadeo malísima, Ghostbusters logra salir a flote gracias a un excelente elenco compuesto por talentosas comediantes, una dirección consistente por Paul Feig y por la forma en que paga respetos al clásico del 1984. Más que nada, esta nueva entrega captura la esencia del concepto original del grupo y su aspecto divertido de explorar lo paranormal. Esta entrega es definitivamente mucho mejor que Ghostbusters 2, pero termina bastante lejos de la primera. Espero que la misma consiga tener la secuela que merece tener. Las chicas definitivamente pueden contar conmigo.
PS – Recuerden permanecer hasta el final de los créditos.
Ghostbusters estrena este jueves, 14 de julio en cines de Puerto Rico.